Buscar este blog

lunes, 1 de septiembre de 2008

LA VILLA DE AGRAMUNT

La villa de Agramunt, situada a tan solo 115 km de Barcelona, fue conquistada en 1070 por el conde Ermengol VI de Urgel, quien la convirtió en sede condal, con un importante mercado y moneda propia. A la vez, comenzó su fortificación para protegerla de los musulmanes que todavía controlaban las tierras próximas. En 1163, Ermengol VII concedió a la villa una Carta de Población propia, con una serie de privilegios que le permitieron su expansión y desarrollo posterior. Así, en los siglos siguientes tendría un importante barrio judío y una floreciente actividad artesanal y comercial que se traduciría en la constitución de poderosos gremios.
Con la desaparición de la Casa Condal de Urgel en el siglo XV, Agramunt iba a quedar al frente de una demarcación territorial, y desde ese momento aumentaría todavía más su influencia y prestigio, aunque con el Decreto de Nueva Planta de 1716, que reorganizaba administrativamente Cataluña, se agregó su territorio al Corregimiento de Cervera. Durante el siglo XVIII comienza la expansión de la villa fuera del recinto amurallado. Esta prosperidad se vio frenada bruscamente con la Guerra Civil, cuando tuvo que soportar intensos bombardeos en 1938, que la dejaron prácticamente destruida.
En la actualidad se trata de una villa próspera, con una actividad industrial y comercial que destaca por su producción de chocolate y turrón artesanal, iniciada ya en el siglo XVIII.
A mediados de octubre celebran la Feria del turrón y del chocolate a la piedra. Para más información visitar su web www.firadeltorro.com.
La Villa de Agramunt, conserva patrimonio de gran interés, como la iglesia de Santa María, de estilo románico de los siglos XII y XIII, con tres naves y otros tantos ábsides, completado con dos portadas, una al norte y otra, de gran profusión ornamental, a los pies. En 1931 fue declarada monumento histórico-artístico. La obra se inició en el momento en que Ermengol VII otorgó la citada Carta de Población a la villa, y el primer elemento en levantarse fue la cabecera, cuyos ábsides sirvieron hasta el siglo XVIII de muralla por el lado de levante. La portada septentrional corresponde al primer período constructivo, mientras que la occidental fue realizada a mediados del siglo XIII, como uno de los principales exponentes de la llamada escuela leridana. Está presidida por la figura de la Virgen con el Niño, en altorrelieve, que aparece flanqueada por escenas de la Natividad; estas figuras fueron pagadas por el Gremio de Tejedores de la villa en 1283. Las partes principales del edificio son románicas, pero el gótico no falta en el mismo. Así, los pisos superiores del campanario son ya de este estilo, concluido en el siglo XIV. Además, al lado norte se añadieron otros elementos posteriores, como las capillas de la Virgen del Rosario (siglo XVI) y de la Virgen del Socorro (siglo XVII), así como la sacristía. En el interior se conserva un retablo de realizado en 1719, en cuyo centro se venera la Virgen del Socorro, obra gótica policromada que es la patrona de la villa. Otro retablo barroco se guarda en la capilla del Rosario.
La Casa de la Vila, o Ayuntamiento, es un edificio de la segunda mitad del siglo XVIII que fue levantado sobre la antigua Paeria. Se trata de una construcción barroca porticada, con el escudo de la villa en la fachada, sostenido por dos ángeles, bajo una pequeña galería de ocho ventanitas de medio punto. En el dintel de la puerta de entrada aparece grabada la fecha de 1761. Además, en la fachada, a ambos lados del escudo quedan los restos de pintura de dos escudos reales. En 2003 fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional.
Todavía quedan restos del recinto fortificado que rodeaba la villa, como algunos lienzos de la muralla. Del período medieval también ha conservado parte de su trazado, con algunas calles porticadas, como las de Sió o San Juan, entre otras. Además, hay plazas de cierto interés, entre las que destaca la extramuros y también porticada en sus cuatro costados del Mercadal, del siglo XIX; se trata de una de las primeras proyectadas con criterios urbanísticos modernos en Cataluña. Igualmente, la del Onze de Setembre conserva un monumento a Rafael de Casanova.
El Espacio Guinovart, donde se expone la obra de Josep Guinovart, pintor y escultor catalán contemporáneo, y que sirve también para acoger exposiciones temporales. Se encuentra instalado en el edificio del antiguo mercado, junto con el Museo Etnológico y Municipal, que conserva, entre otros elementos, una notable colección de herramientas agrícolas y de antiguos oficios artesanales.
La torre de vigilancia conocida bajo el nombre de Pilar de Almenara, en lo más alto de la sierra del mismo nombre. Se trata de una construcción románica del siglo XI, documentada en 1119. Su planta es circular y tiene 15 metros de altura, con la puerta de acceso elevada. A ésta se accede a través de una escalera metálica adosada tras su restauración.

No hay comentarios: