FERIA TAURINA DE ARLÉS

A diferencia de lo que ocurre en ciertos lugares de España, Francia sin embargo, muestra su afición al toro con total pasión. Lo cierto es que esta tradición taurina que tan a gala llevan en Francia, sigue cautivando a oriundos y foráneos quienes se sienten orgullosos de vivir este arte en su máxima expresión, no sólo como en el caso de su Feria de abril, que reúne cada año en Arlés a unos 500.000 amantes de esta tradición en las calles de la localidad y a más de 60.000 aficionados a las corridas de su plaza-anfiteatro, sino que en septiembre en la Feria del arroz y a lo largo de todo el año se vive un monográfico del toro en calles, cafés, librerías, restaurantes, tiendas y hoteles.

Lugar de origen celta, colonizado por los griegos, Arlés se vuelve romana por la gracia de César que en el año 46 a C. trasladó allí los veteranos de sus legiones.
Es la primera edad dorada de la "pequeña Roma de las Galias", que será un gran centro religioso en los primeros tiempos de la Cristiandad.

En los siglos XVII y XVIII se construyen innumerables palacetes, que incluso hoy en día dan encanto al centro antiguo, donde se agrupan varios monumentos catalogados, testimonio de 2000 años de historia. Desde 1981 el conjunto de los monumentos romanos y románicos están declarados por la UNESCO Patrimonio Mundial de la Humanidad, y Arlés es hoy Ciudad de arte y de Historia.

Los lugares de mayor interés son el foro romano, el teatro, el anfiteatro, las termas y la necrópolis.

Desde la oficina de turismo, organizan visitas guiadas a la villa de martes a sábado a las 15 horas en invierno y a las 17 horas en verano. Los sábados por la mañana montan el mercadillo mas grande y mas bonito de todo el sur de Francia. A lo largo de 3 km hay puestos de aceitunas, quesos, embutidos, especies, jabones de marsella, flores y plantas, cerámica... y para los que les gustan los toros, en mayo son fiestas y durante una semana hay corridas en el anfiteatro romano, también hay feria, chiringuitos de comida y pasacalles.

-EL TORO CAMARGUÉS:

En la Camarga el toro es el rey. Está presente en las marismas desde la antigüedad, y forma parte de la vida cotidiana. Es a través de él que la tradición y la cultura perviven: bien sea el toro camargués, protagonista de la "course camarguaise" o bien el toro bravo de raza española, que se lidia en las arenas durante la corrida.

-GASTRONOMÍA:

En la cocina provenzal nunca falta el ajo, las plantas aromáticas, las aceitunas, el aceite de oliva y los productos locales como el cordero, el toro, los quesos caseros, la fruta confitada, y el pastís (licor de anís).