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viernes, 7 de noviembre de 2003

EL TORO EMBOLADO DE ONDA

El casco antiguo de Onda y el Castillo estan declarados Conjunto Historico Artistico y bien de Interes Cultural. Esta formado por numerosas plazas y calles de caracter medieval. En el recorrido urbano destacan la iglesia de la Sangre, la iglesia de la Asuncion, el barrio de la Moreria, el Castillo y el museo del azulejo, la Plaza del Almudin, la Plaza de San Cristobal, (Algepseries musulmanes ), la Plaza de la Font, el Portal de Valencia, el Portal de San Pedro, y el Portal Safona. El Castillo medieval del siglo XVIII, se puede visitar los fines de semana de 11 a 14 h y de 16 a 19 h, y en verano todos los días de 11 a 14 h y de 17 a 20 h.
-LA FIESTA TRADICIONAL DEL TORO EMBOLADO:
Es un espectáculo digno de ver en plena noche, donde el animal no sufre más que el cansancio de sus propias carreras. Ni siquiera las chispas de las bolas chamuscan su pelaje, puesto que, por lo común, se enloda su lomo con barro arcilloso, evitando quemaduras. Al final se sacrifica al bicho, pero no en la plaza, sino en el matadero o lugar habilitado para ello, y la carne se reparte en muchos lugares entre el vecindario o casas de caridad.
La fiesta del toro embolado es de origen ancestral. Según ciertas leyendas se remonta a las guerras púnicas en suelo hispano. El rey Orisón, rey de los ilictanos (Elche) y aliado de los romanos, se enfrentó en batalla abierta a los cartagineses, a los que derrotó empleando toros con haces de paja impregnados de pez atados a los cuernos. Prendió fuego a los haces y las bestias, enfurecidas por el fuego que ardía sobre sus cabezas, embistieron a cuanto le salía al paso, poniendo en fuga a los púnicos. Bien, es una leyenda, pero no hay que olvidar que Teruel, la tierra de los turboletas, era también tierra de toros, de donde deriva su nombre, y, con toda probabilidad, origen de los toros callejeros, los cuales, como sus gentes, bajaron hacia el mar, siguiendo el curso de sus ríos. Hoy es una fiesta, tan tradicional y sólidamente arraigada en la mencionada confluencia de los tres antiguos reinos de la corona de Aragón, que no creo que haya autoridad, del nivel que sea, que se atreva a suprimirla. No pudo conseguirlo en los tiempos duros del franquismo (allá por los años cuarenta), un gobernador civil de Castellón, militar de ordeno y mando.











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