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lunes, 26 de julio de 2010

RUTA POR LOS VALLES DEL MONTCAU

Salimos desde Barcelona por la Autopista del Vallés C-58 y enlazamos con la de Montserrat/E-9/C-16, después tomamos la salida 49 hacia Manresa Sud/Pont de Vilomara.
En la rotonda, tomamos la primera salida y nos incorporamos a la Carretera del Pont de Vilomara/BV-1225 en dirección El Pont de Vilomara.
Continuamos hacia BV-1225, y en la rotonda, tomamos la segunda salida en dirección BV-1224. Continuamos recto por la BV-1224 y nos conduce directamente a Rocafort, un bonito pueblo situado a 1 hora de Barcelona.
En Rocafort destaca la iglesia y la "piedra de las cruces", que estaba situada en lo alto de la cima del camino que va del Mas Roviralta a Rocafort.
Esta piedra está llena de cruces, ya que delante de ella descansaban las comitivas que de Roviralta y sus masías, llevaban a los difuntos a enterrar a Rocafort. En ella rezaban una absoluta y le marcaban una cruz.
Devido al incendio forestal de 1985, la trasladaron frente a la iglesia de Rocafort, para continuar siendo testigo del paso de los difuntos.
Abandonamos Rocafort y nos dirigimos por la misma carretera hacia El Puig de la Balma, escenario donde se rodó la película "Pa Negre".
Está situado antes de llegar al pintoresco pueblo de Mura, a 4 kilómetros de Rocafort, por una carretera forestal de tierra. Al llegar al Puig de la Balma, encontramos una casa-museo troglodítica que aprovecha un gran abrigo natural.
El Puig de la Balma está documentado ya en el siglo XII, y actualmente continúa habitado y ofrece además hospedaje como residencia de agroturismo.
Está situado a 454 m de altitud, en pleno Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac, rodeado de carenas, torrentes, pozas, cuevas, fuentes y grutas que podréis descubrir siguiendo alguno de los numerosos caminos y senderos.
Desde El Puig de la Balma, retrocedemos y nos dirigimos hacia Mura, que está muy cerquita.
La primera noticia que se tiene de Mura data del año 978. Alrededor de la iglesia románica de Sant Martí, ya documentada en el año 1088 empezaron a levantarse las primeras casas de este pintoresco pueblo que aún hoy en día conserva todo su encanto medieval.
En Mura destaca su castillo, del que hoy en día solo se conservan algunas paredes cubiertas de hierbas y matojos, la ermita de Sant Antoni, de estilo románico, dedicada a San Antonio de Pádua, la minigranja, donde se pueden encontrar pavos reales, gallinas y gallos, patos, conejos, ocas y otros animales de granja viviendo al aire libre y con libertad de movimientos, y joyas de la naturaleza, como son las cuevas de Mura, formadas por una única galería de 200 metros de fondo, a las que se accede facilmente desde Mura por un camino señalizado en color rojo, y la gorja del padre, un espacio privilegiado de la naturaleza que presenta un salto de agua y una balsa de una gran belleza.
Además en el pueblo hay varios restaurantes, donde podréis degustar el "poti poti", plato típico de la zona, cocinado con patatas, bacalao, huevo duro y verduras.
Después de comer, nos dirigimos a Talamanca, situado a tan solo 15 minutos.
Dado su carácter medieval y sus construcciones de piedra, tiene un gran atractivo turístico.
Los dos edificios notables de Talamanca son el castillo y la iglesia de Santa María. Del castillo del año 965, queda hoy una torre redonda con almenas y los muros que rodean el edificio principal, reconstruido tras ser destruido en 1714, durante la guerra de Sucesión. La iglesia de Santa María es un gran edificio románico del siglo XII, restaurado acertadamente.
En su interior, guarda un mausoleo notable del caballero Berenguer de Talamanca, construido en el siglo XIV.
Dando un paseo se puede apreciar los portales abovedados o con dinteles de piedra de las casas cercanas, datadas entre 1621-1861, todas ellas construidas en piedra y cubierta de teja.
Abandonamos el centro de Talamanca y nos dirigimos hacia las siete tinas de vino, que destacan por su singularidad.
Fueron construidas entre los siglos XVIII y XIX, y se encuentran situadas a las afueras de Talamanca.
A 2 kilómetros del puente de les Generes, encontramos la passera de los tres saltos sobre el Llobregat, cruzamos el río y a unos 200 metros a mano izquierda encontramos las siete tinas y un horno artesano de cerámica.























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